El vínculo más fuerte de nuestra unión en el amor de Cristo es la Trinidad, verdadera y única Familia.

La Familia de Nazaret expresa, y pone a nuestro alcance esta forma trinitaria de vida; por eso nuestro Padre Fundador puso la Congregación bajo la protección de la Sagrada Familia y quiso que fuera la inspiradora y el modelo en nuestras relaciones fraternas entre las hermanas y el estilo de participación en la construcción de la sociedad.

Este estilo de vida, de ser familia, es una exigencia de nuestra opción de hermanas menores, considerando a las demás más que una misma, siendo madre y hermanas unas de otras.

Así mismo debemos caracterizarnos por la hospitalidad, la sencillez, la sensibilidad femenina ante el sufrimiento, la preocupación y dedicación especial en la promoción cristiana de las familias, siempre en defensa de la vida, de la dignidad de la mujer y los niños y a la escucha de la voluntad del Padre, prontas a realizarla.